domingo, 21 de noviembre de 2010

El mudo que soño ser líder


 (imagen: Saturno devorando a un hijo de Francisco Goya - 1819) 

Abanderar el cambio de la guerra a la paz parecía más sencillo que dibujar una o con un canuto, pero la realidad se vuelve cruda, las profundas heridas y correosas costumbres son difíciles de airear y la mierda reflota al despejar los negros nubarrones. Ser ejemplo de implicación y trabajo no es suficiente para empapar al desmotivado gentío, que deambula desde hace años a golpe de pito y es incapaz de pensar por si solo y mucho menos en compañía.  A veces parece que disfruten siendo vejados, maltratados e infravalorados, que piden a gritos una vuelta a la cueva. Pero solo patalean para disimular sus propios errores, su falta de capacidades, su escaso sentido común, su falta de compañerismo y su detestable espíritu de humillación y traición barriobajera. Además la sangre nueva no aportado nada al grupo, unos por perder perspectiva al medir el conjunto y  utilizar una jerga que no anima a nadie, y los otros por no tener calidad como personas  han provocado mas desdicha que alegrías. 

En frente esta situación el líder mudo, incapaz de trasmitir sus ideas y sus iniciativas por su crónica falta de confianza, por auto ahogarse en un vaso de agua antes de luchar por capear las tormentas. Es imposible llevar a flote el barco sin alentar a los remeros, sin facilitarles el trabajo y sin repicar los tambores para  ir todos al unísono.  

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